lunes, 21 de junio de 2010

Ojalá todos los días fueran así


Cañola llega tarde a su trabajo. Se levantó a las 9 de la mañana, cuando debía estar en la oficina a las 6 en punto. No alcanzó ni a ver el partido de Argentina contra Corea del Sur.

Apenas si pudo bañarse a lo gato, empacarse en la ropa de afán y arrancar en la moto a toda.

Llegó a la oficina, evadiendo a la recepcionista, ocultándose de la jefa, y poniendo cara de ternero huérfano al editor de su programa “Vida Cooperativa”.

Sin musitar palabra, se sienta juicioso como niño regañado, para evitar el reproche de editor de televisión que es el peor reproche que alma humana jamás conocerá. Aguarda que el editor se lance en ristre con un sarcasmo sobre su falta de puntualidad. Pero cuando el editor le da la cara, no le echa puyas, ni le pone pereque.

Con inusual efusividad, le dice:

- Miralo tan pinchado… como atinó el marcador de Argentina contra Corea…

Con prudencia Cañola le sigue el juego.

- Usted sabe mijo…- sin acordarse siquiera del resultado que puso en polla de la oficina.

Ambos se ríen…

Pero la risa pronto es cortada de tajo con la llegada de la jefa; la mismísima dueña de la productora audiovisual, que irrumpe en la sala de edición.

- Cañola, tenemos que hablar…

Cañola entonces teme lo peor. Ya van seis llegadas tarde, por el mismo estilo, en un mes; en cuatro la jefa lo pilló infraganti entrando a gatas y en las otras dos, el editor le echó el agua sucia antes de que llegara.

Sentenciado, Cañola espera el batacazo.

- … le va a tocar explicarme cómo le está haciendo… Cañola presiente el inminente despido, -… es que acertar en casi todos los marcadores de la polla... - le dice la Jefa super querida.

- Pura suerte, - responde Cañola con afectada humildad.

- Pues yo no sé que va a hacer… -Cañola suda frío,- pero le va a tocar asesorarme en la polla de octavos de final porque yo no he dado tiro con bola, y le quiero cerrar el pico a mi marido que no ha hace sino gozarme...

- Tranquila que ahí no dejamos de arreglar, responde Cañola picaron.

La jefa se ríe… y Cañola también, pero con risa nerviosa. Entonces la jefa mira el televisor.

- Qué bonita esa imagen, como les está quedando de pispo el programa…

Cañola mira de reojo al editor, esperando que el man se atribuya todo el crédito y le vuelva a echar el agua sucia. Pero el editor solo contesta:

- Jefa, por favor, aquí solo metemos goles de factura…

La Jefa los mira, un poco intrigada. Cañola vuelve a sufrir.

- No, pues a este ritmo, nos va a tocar crear la división de pronósticos futboleros a ver si así nos tapamos de plata.

La jefa se retira entre sonoras carcajadas. Cañola se hace el bobo. Y anima al editor para “seguir con su trabajo”, mientras piensa: “¡Bendito sea el mundial de fútbol!”

Ojalá todos los días fueran así.

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