lunes, 6 de febrero de 2012

Recomendaciones para antes de que se acabe el mundo.


(Guía práctica de autoayuda para  afrontar los tiempos del apocalipsis) para Dummies

…¿Y si es verdad que el mundo se acaba este año?... Si los científicos se equivocan y resulta  que no saben nada de nada y los programas de Discovery fallan en sus pronósticos alentadores… ¿entonces qué? Pues entonces he aquí unas cuantas sugerencias para que aproveche este último año de vida:

Primero que todo conserve la calma. No tome decisiones precipitadas ni de pasos apurados. Conserve su trabajo al menos durante un mes y sáquele ventajas a su puesto: aproveche el desplome del dólar, no tenga en cuenta que se estén disparando las tasas de interés y párele bolas a esas molestas llamadas con que lo asedian las entidades bancarias: saque a su nombre tarjetas de crédito, todas las que más pueda, con diferentes entidades a la vez, exagere sus ingresos y rentas para que pueda pedir el monto más elevado en cada una de ellas, sin preocuparse por minucias desalentadoras como cuotas de manejo o agiotistas y desangradores porcentajes por el estilo.

Una vez le aprueben estas tarjetas, entonces ahí si renuncie. Pero no se entregue a extremos pasionales. A menos de que sea político o funcionario público de alta jerarquía o bandido de cuello blanco o un potentado de rancio abolengo, trate de evitar mancharse de sangre cometiendo algún asesinato o crímenes de lesa humanidad.  ¡Conténgase! Y si le carga mucho odio a ese jefe abusivo, a ese mando medio lambón y sapo que se la montaba y del que siempre se quiso desquitar, o a ese compañero o subalterno que detestaba en silencio y no podía tocar porque lo amedrentaba jurándole que tenía la bendición de poderosos, siniestros  e influyentes padrinos allá arriba, ocultos en la sombra del poder detrás de los tronos, pues entonces no lo dude y ponga en su sitio a todos aquellos fulanos de una vez por todas. Repito: Trate de no cometer un gran delito, ya que la corrupción, el poder y la ley están con ellos, y le podrán ocasionar más dificultades, saliéndose con la suya y saboteando sus últimos esfuerzos por lograr la vida feliz y dichosa que siempre anheló: Así que a lo sumo, ménteles la madre como siempre lo soñó, con toda la vehemencia que pueda, profiérales insultos, denuestos y abominaciones con profunda pasión, con toda esa ira contenida que da los años de sumisión y estoicismo, y libere por fin ese resentimiento silencioso que lo estaba devorando, carcomiendo por dentro. Sáquelo todo desde la palabra. Y máximo, bóteles a escondidas esos papeles importantes que usted sabe donde guardan y en su lugar déjeles algún recuerdo coprológico suyo. 

Nada mejor que los desquites simbólicos, esas metáforas del odio para descansar el alma, aliviar el espíritu y aligerar el peso en el cuerpo. Recuerde: A nadie pueden meter a la cárcel por agravios verbales, ni por dejar un mojón simbólico sobre un escritorio de gerencia. Hágase echar por las malas y sin fundamento laboral para que pueda hacerse acreedor de una jugosa indemnización. Y una vez lo echen, interponga una demanda por daños y perjuicios emocionales, - así el proceso no se concluya antes de que se acabe el mundo-. Al menos les hará pagar a ese empresucha esclavista y explotadora, que le quitó el tiempo más valioso, exprimió toda su vitalidad, le arrancó las ganas de vivir y le robó  los mejores años de su vida, la deuda moral que tienen con usted y les hará gastar unos cuantos pesos de más por concepto de abogados y gastos procesales de litigio.

Cuando por fin se halle en la calle, ad portas de su libertad, no le cuente a su familia lo ocurrido. Calle y mienta. Hágase la víctima y alegue a su favor la injusticia cometida contra usted a causa de un despido injustificado.  No le cuente a su mujer ni a sus hijos, ni a familiares ni amigos, ni a su santa madre siquiera, sobre sus arcas llenas con dinero virtual. Recuerde que el corazón humano rebosa envidia, que se desborda como baba espumosa de perro rabioso, que se contagia como hambre de zombie, hasta en el menor asomo de riqueza y felicidad ajena. A diferencia de los ostentosos mafiosos y delincuentes que provienen de bajas raleas, conserve un bajo perfil, moderación y mucha discreción en sus gastos. Evite hacerse de lujosos y extrafalarios bienes materiales, que mucho atan, pesan, estorban y llaman la atención. No invierta en tierra, ni especule en la bolsa, ni compre acciones ya que es una necedad acumular bienes de engorde y a largo plazo en este caso. Y apréndase a reír de la estupidez que significa un seguro de vida en estas condiciones. Si mucho cómprese un carrito fino y de buena marca pero nada más allá.

Gaste pero sin escatimar en darse gusto en todos aquellos placeres que nunca se permitió, coartado por la prudencia que hay que mantener cuando se piensa en asegurar un futuro decoroso para usted y los suyos. En ese orden de ideas, ya que no hay un provenir, menos deberá haber contención. Para lograrlo, elimine totalmente de su pensamiento palabras como culpa, pecado, castigo, demonio, infierno, fuego eterno y otros embelecos con que la religión lo tenía atado, cabizbajo y sometido mediante el miedo. Ya que la muerte será inminente no tiene caso temer a nada ya.

Enfoque sus esfuerzos  a sacar del baúl de los sueños truncados, aquellos ideales castrados por la rutina, la tediosa costumbre, la obligación, el compromiso, el sentido del deber, y reviva eso viejos proyectos inconclusos que lo hacían feliz con tan solo imaginarlos. Hágalos realidad con la misma intensidad con que le da rienda suelta a aquel egoísmo a que ató y renunció por los demás, en nombre del amor, el respeto, la responsabilidad, y demás cadenas de la conductismo social con que lo aprisionaron y lo organizaron desde su más tierna edad.

Por ejemplo, láncese a proponerle a su mujer un ménage à trois con esa amiga de ella que por sus dotes y virtudes le provocaron furtivamente tantos tributos onanistas. Y si es mujer haga lo mismo pero en sentido en contrario. No tema al que dirán que no son más que falsas consideraciones de una actitud hipócrita.  No le preocupe que le llamen pervertido; por el contrario, ensucie su mente lo que más pueda en adelante y con premura, ya que el tiempo es poco para probar con deleite y fruición todas las perversiones que pueda explorar. Recuerde que estimular una actitud abierta en lo sexual limpia, renueva, revitaliza y dignifica el cuerpo, con grandes beneficios para su salud física y psicológica. O como quien dice de manera más popular: “Mente sucia, cuerpo sano”… Y en caso de que su pareja no quiera acceder ni a su amiga, ni a una amiga suya, ni siquiera a una conocida ocasional que se preste para tal fin, entonces sin remordimiento proceda a dejar a esa mala pareja, para que no lo siga privando de exquisitos placeres por venir. No se enrede en burocráticos trámites de divorcio, simplemente abandone el hogar y renueve sus votos de soltero empedernido, recupere aquella perdida y olvidada actitud de adolescente prolongado, la misma a la que renunció luego de contraer matrimonio. Recuerde, si es mujer el procedimiento es exactamente el mismo.
Eso sí, no olvide dejar buen ejemplo en sus hijos. Esto es lo más importante, sobre todo cuando se tiene retoños ya crecidos y adolescentes. Coherente con su nueva filosofía de vida, con sus nuevas perspectivas, estimúleles el sexo al natural y promiscuo, sin protección ni castrantes métodos de planificación. Con la inminente proximidad del fin del mundo atrás queda el arcaico temor por el embarazo de jovencitas. El madre solterismo ya no representa un problema de salud pública ya que los nueve meses de gestación acaso si se cumplirán antes de que todo acabe y se extinga, y si se cumple, los recién nacidos sucumbirán antes de tener uso de razón, porque ya no hay tiempo ni para lamentos ni arrepentimientos. De igual modo, las tan temidas enfermedades venéreas, que no han hecho otra cosa que reprimir el libre desarrollo de la natural pulsión sexual, ya tienen tratamientos y medicinas por doquier, de rápido y efectivo efecto; el sida también se demora más de un año en desarrollarse y manifestarse, y para entonces ya no tendrá sentido haberlo contraído incluso en sus adorados hijos; siguiendo con las estadísticas, una alta tasa, que supera el 50% de la población mundial, ya es portadora y contagia a diestra y siniestra el aún incurable virus del papiloma humano. Claro que puede desarrollar cáncer de cuello uterino pero incluso cáncer, el que pique donde sea, también demora más de un año en producir metástasis después de que se desarrolla, y ya para entonces será tarde incluso para el cáncer.

Para educar con el ejemplo, sería muy útil que usted mismo trate de experimentar diariamente, teniendo relaciones con quien se le venga en gana, le provoque,  y le pare bolas. Y esto último es fundamental tenerlo en cuenta, ya que la violación (o el acto sexual no consentido por alguna de las partes, hablando en términos de eufemismo) es un delito perseguido, punible y despreciado socialmente, que casi siempre, cuando es descubierto, termina en un brutal linchamiento que puede acabar prematuramente con la diversión, o es condenado a cadena perpetua si le va muy bien y la policía (no se confunda con autoridad en este caso) le salva el pellejo en aras de salvaguardar y proteger su integridad y dar cumplimiento a la ley…

Para que sea más contundente su propósito aleccionador intente probar, al menos una vez en esta corta vida que le queda,  una relación homosexual. Recuerde que el infierno, entendido este como el mayor tormento después de la muerte, e incluso en la vida misma, no es el arrepentimiento por las cosas que hicimos, sino la frustración por las que dejamos de hacer. No hay que darle alas a esta intriga; más bien hay que darle rienda suelta sin prejuicios y con la actitud más liberal y compresiva posible; de esto dependerá el placer para entregarse dócil y ávido a esta nueva experiencia… o al menos piense así para que le sirva como placebo y luego con fundamento de juicio y de acción cumplida, usted podrá determinar los defectos y bondades de tal práctica.

Sea igualmente generoso consigo mismo y con los demás. Despilfarre el dinero a escondidas, vuélese a hacer ese viaje de placer a ese lugar paradisiaco que siempre quiso visitar, y al que desistió por falta de fondos. Quédese allí tanto como quiera y disfrute el placer de vivir como aquel que siempre quiso ser y no pudo. Sea incluso otro, o mejor, tan usted mismo que parezca y se sienta otro. ¡Asómbrese de todo lo que puede hacer cuando no hay prejuicios de por medio que lo limitan y paralizan! Nada más tonificante que andar en tierra ajena, como un turista, como un viajero sin patria, que andar de paseo probando, urgando, experimentando el néctar de nuevas sensaciones sin complejos, ni pasados, ni ataduras, sin el fardo del pasado ni  el apremio y la obligación del prematuro regreso. Así logrará renovar su mirada y ver el mundo con otros ojos siempre.

Trate de aplacar la costumbre, y evite ante todo la rutina.  Experimente, expanda su percepción. Pase revista y dele una probadita a cuanta droga, estimulantes, alucinógenos y psicotrópicos haya. Es recomendable consumirla con sus hijos, así compartirá tiempo de calidad con su familia y evitará que los chicos terminen cogiendo malos vicios en la calle, probando mercancía de mala calidad que pueda afectar su salud. Pero mucho cuidado con los excesos y las mezclas nocivas: no hay prisión más desesperante que ser esclavizado por el yugo de una adicción. Así mismo, dedíquese a paladear todos los licores que pueda; trate de mantenerse a media caña desde la mañana y acostúmbrese a acostarse borracho, diariamente. Recuerde que la cirrosis y las enfermedades hepáticas se consiguen con años de empeño y dedicación.

Aliméntese bien. La preservación de ese templo que es su cuerpo depende de una buena y variada nutrición. Coma platos distintos en la mañana, en la tarde y en la noche. No es pertinente darse gustos gastronómicos que atenten contra la salud, ya que del bienestar estomacal dependen en gran medida la libertad para moverse y seguir probando nuevos sabores y sazones. Así quede mal con los demás, y pase por montañero, repela extravagancias culinarias y alimentos exóticos que sólo le causarán indigestión como tentáculos de pulpo en su tinta, mejillones en salsa de calamar, babosas mediterráneas en almíbar... Es preferible evitar las condimentadas carnes curadas españolas y seguir con la tradicional mortadela rosada, a provocarse una indigestión que lo postre en cama varios días, lo confine a un hospital por varias semanas y hasta meses, víctima de la rapiña del sector de la salud, y hasta termine por condicionar de manera radical su dieta, so pena de mantenerse el resto de sus días atado a la taza del retrete.

Así como lo hace con usted sea todo generosidad, sobre todo con los desposeídos y menos afortunados. De vez en cuando reúna a un grupo de indigentes, convóquelos bajo una promesa que no puedan rechazar, como hacen las mujeres sedúzcalos por el estómago, reserve un fino restaurante, uno de los más cachés y estirados, e inúndelo con habitantes de calle de diversas edades, sexos y condiciones, para que se den un festín. Si usted es creyente, habrá abonado unos cuantos metros más en el cielo, para su salvación eterna, cumpliendo una de las obras de misericordia que aconseja la santa madre iglesia. Y si es ateo, anarquista, comunista, apostata o uno de tantos escépticos, al menos hará rabiar a unos cuantos ricos que se escandalizan cuando tienen un pobre cerca incomodándolos con su presencia, o mínimo hará estallar de la ira a uno de esos melindrosos administradores clasistas, de esos que atienden aquellos exclusivos y elitistas lugares. Usted sabe bien que por la plata baila el perro y sobre todo esos repelentes personajes que se reservan el derecho de admisión no podrán resistirse a tan tentadora oferta, una vez usted los cachetee con la gruesa, con el fajo de billetes en la cara. De la igual forma, inunde hoteles cinco estrellas con catervas de desafortunados sin techo y llévelos a pernoctar durante varios días a manera de vacaciones. Promueva en ellos el gusto por la natación y estimule sucesivas incursiones para saquear el bufet y el hurto de la lancería fina y la grifería de plata.  

Para finalizar evite causar alarma, multiplicar y azuzar el temor compartiendo ese mensaje apocalíptico que dice: “The end of the world is near”, nea. No es conveniente porque si se masifica este pronóstico apocalíptico se formará un verdadero caos en el mundo, la gente, facílmente influenciable, dejará sus trabajos, se dedicará a convertir el mundo en un invivible armaguedon y no habrá quien lo quiera atender y servir como usted se lo merece, así tenga mucho dinero para despilfarrar. Además, no es aconsejable tampoco despertar y atraer sobre usted sospechas sobre una delicada e inestable condición mental. El manicomio es peor que la cárcel en tanto que es más difícil demostrar cordura que inocencia. Y una vez que te meten allí, es poco probable que puedas salir… y si sales, sales peor de lo que entraste, realmente enfermo de una locura inducida o contagiada durante el encierro por las precarias y miserables condiciones a las que se somete a aquellos que la sociedad tilda, juzga y condena de locos. Es una verdad de Perogrullo, inocultable, se sabe porque se presiente y se siente, incluso así no se tenga muy buen juicio.

Como último consejo: Viva intensamente hasta el último día. Es decir, hasta el 21 de diciembre de 2012. Y si el mundo no se acaba, pues al menos con todas las deudas contraídas, las rupturas, los excesos y las desmanes, al menos su mundo si se habrá acabado. Entonces si opta por el suicido- que es el camino más recomendable en estas desesperanzadoras situaciones.-  como consuelo le queda que al menos hizo todo lo que siempre quiso en esta vida, en lugar de seguir viviendo como un muerto en vida, que sólo anhela que el mundo se acabe un días de estos para dejar de sufrir con tanta privación, con tanta renuncia, con tanto dolor y con tanto innecesario sacrificio. 

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