martes, 9 de marzo de 2010

CHAPALEOS DEL AMOR

Diálogo con una novia al medio día (con el amor agonizando en ambos lados)


…¿Niña, usted se deja robar?- le dice él, malicioso, con tono de malandro…

Dejá de ser mañé- responde ella, con sonrisa pícara.

En serio… Deberíamos volarnos este fin de semana, y encerrarnos en una finca para acurrucarnos- dice él, con ojitos de pichón.

Ahhh que bueno,- dice ella con esperanza- pero tengo una reunión el sábado-, y se le apaga la mirada como si fuera de pilas.

No problem. Nos vamos el domingo…

Tengo que trabajar hasta el lunes para entregar un informe a la gerencia.

¡Pero si el lunes es festivo!

No para mi.

¡Pues bizcocho, que pena con usted pero me la voy a tener que robar, mi ñiña!

Los dos ríen, por el tono de pillo sicarieto que le salió a él.

De tanto joder con ese tonito, te vas a quedar así…- le dice ella

Lo he perfeccionado, no cierto?- dice él asombrado, por su perfecta imitación.

…Hasta que un día de estos ya no vas a poder hablar normalmente y terminarás convertido en un chirrete…

Yo también te amo, cariño- repone él, irónico.

Un incómodo silencio inunda la mesa de aquel negocio de hamburguesas. Él le mira las manos, blancas azuladas y la bufanda serpenteando el cuello. Piensa: Hace frío. Pero introducir el tema del clima le parece patético.

¿Y que más?- dice él.

Nada… ¿Será que la comida se demora mucho?... De verdad estoy que caigo del hambre- comenta ella.

No me digas que te va a dar ese mareo… si te da yo no tengo la culpa

Mirá, yo no voy a alegar otra vez, fuera de que te tengo que esperar media hora, me hacés ir a buscar discos, cuando te dije que me estaba muriendo del hambre

Pero a eso habíamos quedado de venir, ¿no?

Podíamos haber comido antes- dice ella, molesta

No viste que estaban cerrando los negocios!

Claro porque yo fui la que llegué tarde, ¿no?…- contesta ella, ahora irónica

Quince minutos nada más

¡Quince… Media hora!- entonces ella se muerde los labios, se pone roja de la putería y le dice resoplando- Sábés qué, no me hagas dar más rabiecita. Mucho descarado. Mejor no me hablés…

Pero, mi amor…- El trata tomarla de la mano.

No-me-ha-blés… - Más agresiva, ella le quita sus dedos y su mano se aleja como un pescado chapaleando. – Y no me toqués.- Sentencia.

Los dos se apartan y miran al otro lado. De pronto él se voltea y le dice:

Esto no está funcionando.

Mientras ella sólo espera que ya llegue la comida.

1 comentario:

  1. Gracias!!!
    sentia un inmenso vacio sin palabras que lo llenaran, lo agradezco mucho, ademas que lo esperaba...

    tu historia me lleno de tristeza, pero esa misma me arrulla y me alienta a estar aca poniendo un comentario mas, y YO QUIERO QUE FUNCIONE!

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