Diálogo con una novia al medio día (con el amor agonizando en ambos lados)
…¿Niña, usted se deja robar?- le dice él, malicioso, con tono de malandro…
Dejá de ser mañé- responde ella, con sonrisa pícara.
En serio… Deberíamos volarnos este fin de semana, y encerrarnos en una finca para acurrucarnos- dice él, con ojitos de pichón.
Ahhh que bueno,- dice ella con esperanza- pero tengo una reunión el sábado-, y se le apaga la mirada como si fuera de pilas.
No problem. Nos vamos el domingo…
Tengo que trabajar hasta el lunes para entregar un informe a la gerencia.
¡Pero si el lunes es festivo!
No para mi.
¡Pues bizcocho, que pena con usted pero me la voy a tener que robar, mi ñiña!
Los dos ríen, por el tono de pillo sicarieto que le salió a él.
De tanto joder con ese tonito, te vas a quedar así…- le dice ella
Lo he perfeccionado, no cierto?- dice él asombrado, por su perfecta imitación.
…Hasta que un día de estos ya no vas a poder hablar normalmente y terminarás convertido en un chirrete…
Yo también te amo, cariño- repone él, irónico.
Un incómodo silencio inunda la mesa de aquel negocio de hamburguesas. Él le mira las manos, blancas azuladas y la bufanda serpenteando el cuello. Piensa: Hace frío. Pero introducir el tema del clima le parece patético.
¿Y que más?- dice él.
Nada… ¿Será que la comida se demora mucho?... De verdad estoy que caigo del hambre- comenta ella.
No me digas que te va a dar ese mareo… si te da yo no tengo la culpa
Mirá, yo no voy a alegar otra vez, fuera de que te tengo que esperar media hora, me hacés ir a buscar discos, cuando te dije que me estaba muriendo del hambre
Pero a eso habíamos quedado de venir, ¿no?
Podíamos haber comido antes- dice ella, molesta
No viste que estaban cerrando los negocios!
Claro porque yo fui la que llegué tarde, ¿no?…- contesta ella, ahora irónica
Quince minutos nada más
¡Quince… Media hora!- entonces ella se muerde los labios, se pone roja de la putería y le dice resoplando- Sábés qué, no me hagas dar más rabiecita. Mucho descarado. Mejor no me hablés…
Pero, mi amor…- El trata tomarla de la mano.
No-me-ha-blés… - Más agresiva, ella le quita sus dedos y su mano se aleja como un pescado chapaleando. – Y no me toqués.- Sentencia.
Los dos se apartan y miran al otro lado. De pronto él se voltea y le dice:
Esto no está funcionando.
Mientras ella sólo espera que ya llegue la comida.
Gracias!!!
ResponderEliminarsentia un inmenso vacio sin palabras que lo llenaran, lo agradezco mucho, ademas que lo esperaba...
tu historia me lleno de tristeza, pero esa misma me arrulla y me alienta a estar aca poniendo un comentario mas, y YO QUIERO QUE FUNCIONE!